Paro Nacional: 2 y 3 de Julio
La imposibilidad de entenderse con el régimen incluso a través del diálogo expresado en la no respuesta a la ‘demanda de Chile’ llevó a toda la oposición a convocar a la jornada de protesta y Paro Nacional del 2 y 3 de Julio. Se realizaron acciones en todo el país, en una de las cuales en el sector de General Velázquez con Alameda resultaron quemados por una patrulla del Ejército Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas Denegri, quien moriría 4 días más tarde. El crimen -por el que fue procesado y condenado el coronel Pedro Fernández Dittus- fue cometido por uno de los organismos coercitivos creados por Pinochet para mantener el orden público tras considerar que carabineros por si solo no era capaz, las Unidades Fundamentales Antisubversivas (UFA), formadas por militares jóvenes, anónimos, camuflados de guerra que se movilizaban en vehículos sin distintivos militares. Hicieron su aparición el 15 de Abril de 1986 disolviendo un paro universitario que incluía tomas de sedes a las que ingresaron grupos de paracaidistas. Más tarde, el 28 de Julio del mismo año el ejército elaboró secretamente el ‘Plan de Seguridad Interior’ siguiendo los principios de la Doctrina de Seguridad Nacional con el fin de reprimir y desbaratar en principio cualquier intento de rebelión en los lugares de la capital considerados críticos, para finalmente abarcar todo el país. Por tratarse de una ciudad de gran extensión, Santiago fue dividido en cinco mandos descentralizados que disponían de una reserva de armamento y de pelotones antisubversivos preparados para una supuesta guerra. En lo ideológico ataca una vez más al “marxismo internacional dirigido por el gobierno de la Unión Soviética…a la Democracia Cristiana, el Partido Comunista y la Iglesia Católica con el espíritu conciliatorio”[1].
Las manifestaciones habían dejado 6 muertos, 60 heridos y más de 600 detenidos. El mismo 2 de julio el Ministerio del Interior acusó a 17 dirigentes de la Asamblea de la Civilidad de haber infringido la Ley de Seguridad Interior del Estado, por promover actos de desorden y violencia, incitar a la paralización ilegal de las actividades del país y reunirse para atentar contra la estabilidad del gobierno; a causa de esta situación el Presidente de la Asamblea de la Civilidad Juan L. González permanece 45 preso. La paralización mostró que la fuerza del movimiento antidictatorial era considerable y su grado de entendimiento significativo, llegando a pensarse que una próxima paralización, en Septiembre, podía extenderse por una semana. Para muchos las manifestaciones del 2 y 3 de Julio demostraban la posibilidad de acabar con la dictadura a través de la concertación de todas las fuerzas opositoras, se pensaba que el régimen se hallaba en un momento de debilidad política que sólo se sostenía por medio de la represión en su afán de impedir la subsistencia del movimiento social.
El optimismo que en el PC despertó el paro respecto de una alianza amplia contra el régimen se diluyó el mismo 2 de Julio. Las acciones pretendieron ser interrumpidas por las fuerzas opositoras de Centro - Derecha, que llamaron a la desmovilización de la población luego que la reacción popular los sobrepasó, razón por la cual optaron por alejarse de las posturas de enfrentamiento directo y de la búsqueda de la democracia inmediata, presionando al PC para un acuerdo político mayor. Cuando esto ocurrió, el FPMR y el PC optaron por la insurrección total.
[1] Lozza, A. “Atentado a…”. Pág.14.
Las manifestaciones habían dejado 6 muertos, 60 heridos y más de 600 detenidos. El mismo 2 de julio el Ministerio del Interior acusó a 17 dirigentes de la Asamblea de la Civilidad de haber infringido la Ley de Seguridad Interior del Estado, por promover actos de desorden y violencia, incitar a la paralización ilegal de las actividades del país y reunirse para atentar contra la estabilidad del gobierno; a causa de esta situación el Presidente de la Asamblea de la Civilidad Juan L. González permanece 45 preso. La paralización mostró que la fuerza del movimiento antidictatorial era considerable y su grado de entendimiento significativo, llegando a pensarse que una próxima paralización, en Septiembre, podía extenderse por una semana. Para muchos las manifestaciones del 2 y 3 de Julio demostraban la posibilidad de acabar con la dictadura a través de la concertación de todas las fuerzas opositoras, se pensaba que el régimen se hallaba en un momento de debilidad política que sólo se sostenía por medio de la represión en su afán de impedir la subsistencia del movimiento social.
El optimismo que en el PC despertó el paro respecto de una alianza amplia contra el régimen se diluyó el mismo 2 de Julio. Las acciones pretendieron ser interrumpidas por las fuerzas opositoras de Centro - Derecha, que llamaron a la desmovilización de la población luego que la reacción popular los sobrepasó, razón por la cual optaron por alejarse de las posturas de enfrentamiento directo y de la búsqueda de la democracia inmediata, presionando al PC para un acuerdo político mayor. Cuando esto ocurrió, el FPMR y el PC optaron por la insurrección total.
[1] Lozza, A. “Atentado a…”. Pág.14.
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