Los contextos históricos de la educación
Autor: Susana Capriles Rojas. Extraído de Se Piensa.cl
El Estado chileno se construye a partir de una matriz liberal positivista donde el desarrollo de la ciencia y la educación fueron cobrando importancia. La presencia de figuras como Andrés Bello, Domingo Faustino Sarmiento por nombrar algunos personajes fue significativa para la posterior evolución de la educación en Chile. Ya desde la constitución portaliana de 1833 se establece la educación pública como función preferente del gobierno en uno de sus articulados.
Sin embargo, desde mediados de la década de los treinta se empieza a desarrollar con más fuerza un modelo de estado que pondrá el acento en el desarrollo de fortalezas a nivel nacional que irá perfilando el nacimiento del Estado Docente que ve como labor preferente del Estado la educación pública y desde donde se desarrollarán políticas educacionales que den cuenta de este interés, capaz de ponerse a la cabeza del progreso, con un sistema de educación sólido que posibilite la inserción a la modernidad de forma urgente. Será en el gobierno de Arturo Alessandri con la Constitución de 1925 que quedará legislado el rol del Estado en la educación, con el objeto de entregar a la ciudadanía, especialmente la emergente clase media que venía con fuerza transformándose en sujeto social de cambio y que demandaba los instrumentos de movilidad social y mayor protagonismo en los destinos del país, además con capacidad de soporte a toda esta maquinaria que significa avanzar a la modernización estableciendo el desarrollo científico y tecnológico como parte fundamental de nuestro desarrollo como país, donde la clase media fue efectivamente, su principal sustento, esta políticas siguieron profundizándose sobre todo con la llegada al poder del Frente Popular que tenía como eje central el desarrollo de políticas nacionalistas donde efectivamente se impulsó la creación de organismos que fomentaran el desarrollo de la industrias, y el fortalecimiento del sistema seguridad social , sin este último no habría podido echarse andar las transformaciones que el país requería.
Por otra parte y no de menor importancia fue el surgimiento y fortalecimiento de clases obreras y populares que presionaban desde inicios del siglo, permanentemente por sus demandas y ampliación de los beneficios estatales, y al igual que la clase media manifiestan voluntad de poder que los llevará a conformar el Frente de la Unidad Popular que agrupaba distintos partidos con ideología socialista con el objetivo de ser gobierno, lo cual se logra mediante las elecciones presidenciales de 1970 con Salvador Allende como presidente de la República sin embargo, el proceso de profundización de la democracia que venía viviendo el país fue provocando importantes grados de polarización dentro de la sociedad, situación que se evidenció con mayor fuerza durante el gobierno de la Unidad Popular.
En lo que respecta a la educación, ésta ciertamente se vio favorecida por una preocupación – desde el Estado – significativa, que sumado a la creciente participación del Magisterio, se materializó, al menos, en cuatro procesos:
cambios en la institucionalidad
diversificación en la oferta educacional
esfuerzos de renovación curricular
crecimiento acelerado de la cobertura de la educación
El surgimiento de una fuerza gremial con carácter social-reivindicativo que contribuirá en la profundización de un sistema educativo más participativo, y el avance sistemático de los niveles educacionales de la población llegó a su punto de máxima expresión en el gobierno popular de Salvador Allende, donde la cobertura al nivel de matrícula llegó a porcentajes hasta hoy no logrados, donde destaca especialmente la educación superior universitaria. En síntesis la educación pública con falencias y desequilibrios cubría el 80 % de la demanda escolar.
Es de gran importancia destacar el surgimiento de un movimiento magisterial que desde las primeras décadas del siglo XX empieza hacer sus primeras incursiones en la lucha social creando sus organizaciones y su perfil identitario como sujeto. Entre las organizaciones debemos destacar en 1922 la Asociación General de Profesores, luego en 1944 la Federación de Educadores de Chile entre otras, hasta conformar el Sindicato Unico de Trabajadores de la Educación que logra aglutinar amplios sectores y levantar una importante propuesta educacional durante el gobierno de la Unidad Popular contribuyendo aún más al proceso de democratización del país. El docente es de gran importancia como vehículo de la identidad nacional y en la medida que asume conscientemente su papel de comunicador y transformador social contribuye grandemente a la re- visión y reelaboración de una identidad propia, desde su sala de clase, desde su escuela y desde sus propias organizaciones gremiales.
Las identidades personales y culturales están sujetas a cambio y a nuevas reelaboraciones, es decir van modificándose, con el tiempo, las formas de autorreconocimiento de los individuos, la modernidad trajo aparejado el concepto de estado- nación como también el concepto de ciudadanía, entre otras categorías, a través de las cuales se fue materializando la identidad chilena; en esta época posterior a la segunda Guerra Mundial y el inicio de la Guerra Fría, la configuración identitaria específica de nuestro país y también de Latinoamérica en general, correspondía a la categoría de países del Tercer Mundo luego de la conferencia de Bandung, de modo que en nuestras sociedades se fue generando un sentimiento identitario fuertemente asociado a las ideas democráticas, de igualdad y equidad que se fue trasuntando a la educación.
Dentro del Estado Docente, ciertamente coexistían otras identidades culturales a las ya tradicionales visiones raciales-militaristas o la visión religiosa-católica de gran peso en la sociedad chilena se agrega el fuerte sentido de clase, las expresiones artístico -culturales expresadas en arte popular, los cantos de rebeldía, la música andina, identidades de género entre otras, pero el proyecto país central estaba dado por un proyecto de sociedad más democrática lo que propiciaba una identidad nacional más autónoma y con participación de masas, donde la pluralidad ideológica y el debate eran bienes que poseía la sociedad para dirimir sus diferencias y a pesar que la implementación de políticas sociales y el carácter deficitario estructural de nuestra economía fueron generando importantes déficit fiscales, el Estado expresaba en este período, un consenso histórico.
El cambio del tipo de Estado Docente hacia un Estado Subsidiario queda muy bien resumido en la siguiente cita de Jorge Nef
“ La transformación de una concepción de Estado Docente” a un Estado Subsidiario” en el caso chileno no fue el resultado de una evolución progresiva, o de un debate público; ni siquiera de la acumulación de insalvables contradicciones internas que llevaron a la ruptura de un paradigma educacional y su reemplazo por otro .inequívocamente, el cambio del modelo educacional fue la consecuencia directa de un cambio radical rupturista y forzoso de un proyecto de sociedad a otro de una democracia liberal con un estado intervencionista a un régimen dictatorial con una economía neoliberal”1
La Dictadura Militar de Augusto Pinochet entró en la historia nacional haciendo uso indiscriminado de la violencia, barriendo desde los símbolos arraigados en la conciencia nacional como también su institucionalidad inspirada en el pensamiento ilustrado que establecía la separación de los poderes del Estado. El quiebre institucional que provocó su instauración en el poder no tiene parangón en la historia de Chile, pero la dictadura militar no sólo perseguía la ruptura institucional sino que también el copamiento ideológico de todas las esferas del quehacer nacional, establecer un nuevo tipo de Estado reformular las relaciones políticas y sociales como también cambiar la estructura valórica de la sociedad. Sobre la base de la represión directa, masiva y sistemática de la población logró imponer un nuevo sistema.
Sin lugar a dudas el sistema educacional fue uno de los flancos de gran interés para la dictadura que no sólo debió sufrir las profundas transformaciones sino que también la sistemática represión al Magisterio que palpó en carne propia desde los cambios metodológicos y de contenidos hasta la desaparición y muerte de connotados profesores.
Dotados de atribuciones absolutas configuraron un nuevo panorama educativo removieron directores, profesores, alumnos y funcionarios en general asignando nuevos roles a los distintos estamentos de la comunidad escolar, viéndose afectado el conjunto del sistema de educación Básica, Media, Técnico- Profesional y Universitaria en los sectores público y privado. Así el sistema educativo fue absolutamente intervenido pasando al Comando de Institutos Militares en 1974 imponiendo el control ideológico y de vigilancia y donde el Ministerio de Educación Pública pasó a ser sólo una institución de carácter técnico.
Podríamos diferenciar dos etapas dentro del desarrollo de las políticas de la dictadura el primer período desde 1973 – 1979, marcado por la intervención directa del sistema educativo donde el régimen se propone algunos objetivos centrales:
depuración y control del magisterio a través de la represión
reformulación de la identidad docente a través de la política de “dignificación de la profesión”
intervención directa del sistema educacional
Un profundo sentimiento antidemocrático expresada en la ocupación militar del sistema. Un marcado sentimiento anti-marxista y una marcada acentuación del tradicionalismo
Valoración del individualismo y el competivismo
Severa política económica expresada en reducción de gasto fiscal
Con la irrupción del Régimen Militar se observó un retorno de concepciones identitarias conservadoras, concepciones como las de Nicolás Palacios quien sostiene en términos generales que la identidad de la nación chilena está fundamentada en la idea de las razas y la sobrevaloración de elementos militares predominantes y paradigmáticos para explicar la conformación de nuestra identidad chilena. Sin embargo es importante destacar los antecedentes que nos entrega Jorge Larraín en cuanto a la reformulación identitaria de la dictadura militar apartándose un tanto de la vinculación planteada por Palacios de identidad con la figura del “roto chileno” que tuvo papel destacado en la Guerra del Pacífico sino que busca una vinculación histórica del Ejército con la experiencia de lucha en la Guerra de Arauco y el surgimiento de la nación chilena
“ El Ejército es anterior incluso en a la nación, por su formación en la Guerra de Arauco, es el depositario de las virtudes cívicas de la nación y siempre ha jugado en la historia un rol integrador y protagónico: por ejemplo, su participación ha sido decisiva en todas las constituciones que ha tenido Chile. Pero además esta versión instituye a las fuerzas armadas en los cauteladores o garantes de la democracia y la de la institucionalidad. En esta versión, las fuerzas armadas pasan a ser la expresión más genuina de los valores de la chilenidad” 2
La identidad durante este período es producto de una imposición brutal, donde el temor inmovilizante a la cual somete el régimen no permite un sano reconocimiento consigo mismo ni con el entorno, el impacto sico-social de la represión dictatorial genera inseguridad en la sociedad y sensación de vulnerabilidad que evidentemente distorsiona las formas de vernos y la percepción que el otro tiene de nosotros de esta formas las prácticas escolares se vieron profundamente condicionadas por instituciones militares y sus formas identitarias que influían directamente sobre aspectos metodológicos y de contenido generando en la comunidad escolar sentimientos de rechazo a ese tipo de prácticas.
Una segunda etapa se inicia con la promulgación de las Directivas Presidenciales sobre la Educación Nacional de 1979 que son el sustrato de lo que vendrá con las “Siete Modernizaciones". En términos generales este documento planteaba:
Tuición sobre el contenido de la enseñanza en manos del Gobierno Militar, proscripción de la politización se “busca crear nuevos ciudadanos y buenos patriotas”
Restricción de la responsabilidad social del Gobierno Militar al acceso de la educación básica, la educación media y superior será considerada como una excepción y de privilegio y deberá pagar en tanto tal
Se refuerza la idea de desligarse de la preocupación como Estado en la educación y desplazarla al área privada, se refuerza además la subordinación de la educación al mercado.
Las políticas impulsados por el Régimen Militar ciertamente obedecieron a los requerimientos de la economía mundial el “Plan de Modernizaciones” nos posicionó en la Región Latinoamericana como un “país exitoso” irónicamente llamados “tigre de Latinoamérica” como otrora “los ingleses de Latinoamérica” visiones que evidentemente afectan nuestra identidad como pueblo. Pero el modelo neoliberal impuesto presupone la mundialización de la economía es decir la Globalización proceso donde el mercado es el elemento central que regula nuestras sociedades, donde los estados ven seriamente amenazadas sus identidades nacionales, la interconectividad no solo afecta las economías nacionales, también se globaliza la cultura por lo tanto afecta la construcción de identidad en la medida que conecta al sujeto con una gran variedad de otros muy distintos, ajenos a su raigambre histórico y con poca proyección de futuro, lo que le produce dificultad para reafirmar tanto su identidad personal como cultural, a este respecto Jorge Larraín plantea :
“ La Globalización afecta la identidad en primer lugar porque pone a individuos, grupos y naciones en contacto con una serie de otros” en relación a los cuales pueden definirse a si mismos”... en segundo lugar la Globalización ha afectado la construcción de identidades en la medida que ha acelerado el ritmo de cambio en toda clase de relaciones y eso ha hecho más difícil para el sujeto hacer sentido de lo que pasa, ver la continuidad entre pasado y presente y por lo tanto formarse una visión unitaria de si mismo y saber como actuar... en tercer lugar la Globalización afecta la identidad porque las grandes transformaciones sociales traídas por ella tienden a desarraigar identidades culturales ... ocurren procesos de desarticulación y dislocación por medio de las cuales mucha gente cesa de verse a sí mismo en términos de contextos colectivos tradicionales que le daban sentido a su identidad” 3
Sin embargo se hace necesario aclarar que Jorge Larraín plantea que las identidades se desarrollan dentro de un contexto histórico y estos son dinámicos y los individuos tiene un rol significativo en su generación lo que hace imposible que se avance hacia una homogeneización de la cultura.
El período de Transición Democrática
Las transformaciones educacionales en el período de transición democrática se inscriben dentro del establecimiento pleno del Estado Subsidiario, ya el régimen de la dictadura Militar había llevado a cabo las profundas transformaciones en los distintas área de interés para la economía neoliberal así, se traspasó al sector privado un importante porcentaje de empresas estatales y el estado abandonó sus antiguas atribuciones. En el sector de la educación la ley de Municipalización de 1980 había dado luz verde a la privatización de la educación. El período de Transición a la Democracia se inicia tras el consenso de parte de las elites políticas de aceptación del marco jurídico y económico establecido por Augusto Pinochet. Después los gobiernos de la Concertación empezaron a preocuparse de agendar las transformaciones posibles dentro del Estado neoliberal, fue así como desde temprano empezaron a preocuparse de la Reforma a la educación, esta reforma tiene cinco grandes tareas las que se resumen en la siguiente cita
“ ...i) proporcionar una formación general de calidad para todos ii) reformar y diversificar la educación media iii) fortalecer la profesión docente iv) otorgar mayor autonomía y flexibilidad de gestión y más información pública sobre sus resultados para tener escuelas efectivas y v) aumentar la inversión educacional, tanto pública como privada” 4
Al comparar los objetivos planteados entre ambos regímenes sin lugar a dudas éstos difieren, pero no obstante la intención de reformular el sistema educacional éste se muestra en crisis al igual que otros sectores privatizados, la camisa de fuerza impuesta por el modelo neoliberal y la adscripción sumisa de las autoridades al modelo no permiten mejorar la calidad de la educación ni organizar un sistema de equidad, en este sentido es importante traer a colación lo planteado por Jorge Nef :
“La transición chilena no fue en muchos de sus aspectos otra cosa que la mantención de un mismo régimen, bajo un modelo de gestión formalmente pluralista, pero en el cual agenda y actores importantes fueron excluidos...Hasta ahora se han implementado mejoras incrementales y parciales en los sectores básico y primario: desarrollos curriculares, capacitación o cuando ha habido recursos, se ha asignado mayor financiamiento. Pero estas reformas no han cuestionado la naturaleza estructural del sistema, que es donde está la raíz misma de la crisis” 5
En estas circunstancias el tema de la identidad también está cruzada por dicha crisis más aún cuando el proceso de Globalización se acrecienta y amenaza nuestra independencia como Estado perviven en el imaginario de nuestra sociedad elementos como el clientelismo que se observa cotidianamente en los mecanismo viciados de generación de autoridades o de ocupación de cargos o de funcionamiento de entidades públicas y privadas que han aflorado a la luz pública con graves repercusiones en la sociedad civil, por otra parte nuestra sociedad sigue siendo manipulada por las elites conservadoras tanto del área política como desde la iglesia católica que enfrenta a la sociedad a falsas decisiones o genera debates prejuciados sobre distintos temas como el divorcio, el SIDA la “Pastilla del Día Después” o bien el tema de los Derechos Humanos, el rol de las Fuerzas Armadas etc, todos estos elementos encuentran su contrapunto en una sociedad civil débil, sin proyectos alternativos, con organizaciones no representativas, que muestran gran desgaste en sus formas de lucha y con plataformas mediatizadas por los intereses de la Concertación .En esta línea se inscribe sin lugar a dudas el Colegio de Profesores que también se ve involucrado en problemas de corrupción y que simplemente ha optado por mantener sus buenas relaciones con los gobiernos de la Concertación antes que potenciar y perfilar a los profesores como una fuerza social independiente.
La Reforma Educacional impulsada por la Concertación coherente con el modelo de libre mercado, establece contenidos mínimos a partir del año 1997 se empieza a facultar a los distintos establecimientos escolares libertad para que cada uno elabore sus propios programas de estudio ciertamente considerando los programas mínimos emanados del ministerio al respecto Iván Núñez nos dice:
“En 1996 fue aprobada el marco curricular común y obligatorio para toda la educación básica el que ha entrado en vigencia en 1997. este marco está complementado con la “autonomía curricular”, que permite a cada centro escolar a elaborar sus propios programas de estudio, abriendo así la oportunidad para una enseñanza más significativa para el estudiante y con una mayor relevancia y pertinencia social cultural. Por otra se procura resguardar la identidad nacional, a través de la referida base curricular común.” 6
De esta cita queda evidenciada la situación inequidad y falta de igualdad en la educación problema que se hace más crítico cuando se aplican las evaluaciones estandarizadas que ciertamente no hacen más que confirmar las profundas diferencias que cruza la sociedad chilena expresadas en la educación. El tema de la identidad también queda sujeta a esta “autonomía curricular” el gobierno resguarda una base mínima y será cada establecimiento de acuerdo al tipo de hombre que quiera desarrollar, la identidad que promoverá es claro que por lo menos aunque a los ojos de algunos intelectuales las identidades culturales desde la perspectiva de clase están quedando un poco atrás aquí se ven reforzadas. Aunque resulte irónico no es lo mismo educar a un alumno para que cope las esferas del poder a otro que no le espera más que seguir pateando piedras.
Bibliografía
Jorge Larraín. Identidad Chilena. Editorial Lom
Iván Núñez. Reforma Educacional en Chile: enfoques y actores Artículo publicado en sitioWEB
Jorge Nef. El concepto de Estado Subsidiario y la Educación como Bien de Mercado. Texto preparado para Diálogo Universitario. U. de Chile
Ministerio de Educación. Programas de Estudio
Susana Capriles. Tesis de Grado de Licenciatura
Notas
1 Jorge Nef “ El concepto de Estado Subsidiario y la educación como bien de mercado”pág.1
2 Larraín Jorge “ Identidad chilena” pag.126
3 Larraín Jorge Identidad chilena
4 Iván Núñez “Reforma Educacional en Chile, enfoques y actores” pag.2
5 Jorge Nef, op cit.
6 Ivan Núñez, Op citada
El Estado chileno se construye a partir de una matriz liberal positivista donde el desarrollo de la ciencia y la educación fueron cobrando importancia. La presencia de figuras como Andrés Bello, Domingo Faustino Sarmiento por nombrar algunos personajes fue significativa para la posterior evolución de la educación en Chile. Ya desde la constitución portaliana de 1833 se establece la educación pública como función preferente del gobierno en uno de sus articulados.
Sin embargo, desde mediados de la década de los treinta se empieza a desarrollar con más fuerza un modelo de estado que pondrá el acento en el desarrollo de fortalezas a nivel nacional que irá perfilando el nacimiento del Estado Docente que ve como labor preferente del Estado la educación pública y desde donde se desarrollarán políticas educacionales que den cuenta de este interés, capaz de ponerse a la cabeza del progreso, con un sistema de educación sólido que posibilite la inserción a la modernidad de forma urgente. Será en el gobierno de Arturo Alessandri con la Constitución de 1925 que quedará legislado el rol del Estado en la educación, con el objeto de entregar a la ciudadanía, especialmente la emergente clase media que venía con fuerza transformándose en sujeto social de cambio y que demandaba los instrumentos de movilidad social y mayor protagonismo en los destinos del país, además con capacidad de soporte a toda esta maquinaria que significa avanzar a la modernización estableciendo el desarrollo científico y tecnológico como parte fundamental de nuestro desarrollo como país, donde la clase media fue efectivamente, su principal sustento, esta políticas siguieron profundizándose sobre todo con la llegada al poder del Frente Popular que tenía como eje central el desarrollo de políticas nacionalistas donde efectivamente se impulsó la creación de organismos que fomentaran el desarrollo de la industrias, y el fortalecimiento del sistema seguridad social , sin este último no habría podido echarse andar las transformaciones que el país requería.
Por otra parte y no de menor importancia fue el surgimiento y fortalecimiento de clases obreras y populares que presionaban desde inicios del siglo, permanentemente por sus demandas y ampliación de los beneficios estatales, y al igual que la clase media manifiestan voluntad de poder que los llevará a conformar el Frente de la Unidad Popular que agrupaba distintos partidos con ideología socialista con el objetivo de ser gobierno, lo cual se logra mediante las elecciones presidenciales de 1970 con Salvador Allende como presidente de la República sin embargo, el proceso de profundización de la democracia que venía viviendo el país fue provocando importantes grados de polarización dentro de la sociedad, situación que se evidenció con mayor fuerza durante el gobierno de la Unidad Popular.
En lo que respecta a la educación, ésta ciertamente se vio favorecida por una preocupación – desde el Estado – significativa, que sumado a la creciente participación del Magisterio, se materializó, al menos, en cuatro procesos:
cambios en la institucionalidad
diversificación en la oferta educacional
esfuerzos de renovación curricular
crecimiento acelerado de la cobertura de la educación
El surgimiento de una fuerza gremial con carácter social-reivindicativo que contribuirá en la profundización de un sistema educativo más participativo, y el avance sistemático de los niveles educacionales de la población llegó a su punto de máxima expresión en el gobierno popular de Salvador Allende, donde la cobertura al nivel de matrícula llegó a porcentajes hasta hoy no logrados, donde destaca especialmente la educación superior universitaria. En síntesis la educación pública con falencias y desequilibrios cubría el 80 % de la demanda escolar.
Es de gran importancia destacar el surgimiento de un movimiento magisterial que desde las primeras décadas del siglo XX empieza hacer sus primeras incursiones en la lucha social creando sus organizaciones y su perfil identitario como sujeto. Entre las organizaciones debemos destacar en 1922 la Asociación General de Profesores, luego en 1944 la Federación de Educadores de Chile entre otras, hasta conformar el Sindicato Unico de Trabajadores de la Educación que logra aglutinar amplios sectores y levantar una importante propuesta educacional durante el gobierno de la Unidad Popular contribuyendo aún más al proceso de democratización del país. El docente es de gran importancia como vehículo de la identidad nacional y en la medida que asume conscientemente su papel de comunicador y transformador social contribuye grandemente a la re- visión y reelaboración de una identidad propia, desde su sala de clase, desde su escuela y desde sus propias organizaciones gremiales.
Las identidades personales y culturales están sujetas a cambio y a nuevas reelaboraciones, es decir van modificándose, con el tiempo, las formas de autorreconocimiento de los individuos, la modernidad trajo aparejado el concepto de estado- nación como también el concepto de ciudadanía, entre otras categorías, a través de las cuales se fue materializando la identidad chilena; en esta época posterior a la segunda Guerra Mundial y el inicio de la Guerra Fría, la configuración identitaria específica de nuestro país y también de Latinoamérica en general, correspondía a la categoría de países del Tercer Mundo luego de la conferencia de Bandung, de modo que en nuestras sociedades se fue generando un sentimiento identitario fuertemente asociado a las ideas democráticas, de igualdad y equidad que se fue trasuntando a la educación.
Dentro del Estado Docente, ciertamente coexistían otras identidades culturales a las ya tradicionales visiones raciales-militaristas o la visión religiosa-católica de gran peso en la sociedad chilena se agrega el fuerte sentido de clase, las expresiones artístico -culturales expresadas en arte popular, los cantos de rebeldía, la música andina, identidades de género entre otras, pero el proyecto país central estaba dado por un proyecto de sociedad más democrática lo que propiciaba una identidad nacional más autónoma y con participación de masas, donde la pluralidad ideológica y el debate eran bienes que poseía la sociedad para dirimir sus diferencias y a pesar que la implementación de políticas sociales y el carácter deficitario estructural de nuestra economía fueron generando importantes déficit fiscales, el Estado expresaba en este período, un consenso histórico.
El cambio del tipo de Estado Docente hacia un Estado Subsidiario queda muy bien resumido en la siguiente cita de Jorge Nef
“ La transformación de una concepción de Estado Docente” a un Estado Subsidiario” en el caso chileno no fue el resultado de una evolución progresiva, o de un debate público; ni siquiera de la acumulación de insalvables contradicciones internas que llevaron a la ruptura de un paradigma educacional y su reemplazo por otro .inequívocamente, el cambio del modelo educacional fue la consecuencia directa de un cambio radical rupturista y forzoso de un proyecto de sociedad a otro de una democracia liberal con un estado intervencionista a un régimen dictatorial con una economía neoliberal”1
La Dictadura Militar de Augusto Pinochet entró en la historia nacional haciendo uso indiscriminado de la violencia, barriendo desde los símbolos arraigados en la conciencia nacional como también su institucionalidad inspirada en el pensamiento ilustrado que establecía la separación de los poderes del Estado. El quiebre institucional que provocó su instauración en el poder no tiene parangón en la historia de Chile, pero la dictadura militar no sólo perseguía la ruptura institucional sino que también el copamiento ideológico de todas las esferas del quehacer nacional, establecer un nuevo tipo de Estado reformular las relaciones políticas y sociales como también cambiar la estructura valórica de la sociedad. Sobre la base de la represión directa, masiva y sistemática de la población logró imponer un nuevo sistema.
Sin lugar a dudas el sistema educacional fue uno de los flancos de gran interés para la dictadura que no sólo debió sufrir las profundas transformaciones sino que también la sistemática represión al Magisterio que palpó en carne propia desde los cambios metodológicos y de contenidos hasta la desaparición y muerte de connotados profesores.
Dotados de atribuciones absolutas configuraron un nuevo panorama educativo removieron directores, profesores, alumnos y funcionarios en general asignando nuevos roles a los distintos estamentos de la comunidad escolar, viéndose afectado el conjunto del sistema de educación Básica, Media, Técnico- Profesional y Universitaria en los sectores público y privado. Así el sistema educativo fue absolutamente intervenido pasando al Comando de Institutos Militares en 1974 imponiendo el control ideológico y de vigilancia y donde el Ministerio de Educación Pública pasó a ser sólo una institución de carácter técnico.
Podríamos diferenciar dos etapas dentro del desarrollo de las políticas de la dictadura el primer período desde 1973 – 1979, marcado por la intervención directa del sistema educativo donde el régimen se propone algunos objetivos centrales:
depuración y control del magisterio a través de la represión
reformulación de la identidad docente a través de la política de “dignificación de la profesión”
intervención directa del sistema educacional
Un profundo sentimiento antidemocrático expresada en la ocupación militar del sistema. Un marcado sentimiento anti-marxista y una marcada acentuación del tradicionalismo
Valoración del individualismo y el competivismo
Severa política económica expresada en reducción de gasto fiscal
Con la irrupción del Régimen Militar se observó un retorno de concepciones identitarias conservadoras, concepciones como las de Nicolás Palacios quien sostiene en términos generales que la identidad de la nación chilena está fundamentada en la idea de las razas y la sobrevaloración de elementos militares predominantes y paradigmáticos para explicar la conformación de nuestra identidad chilena. Sin embargo es importante destacar los antecedentes que nos entrega Jorge Larraín en cuanto a la reformulación identitaria de la dictadura militar apartándose un tanto de la vinculación planteada por Palacios de identidad con la figura del “roto chileno” que tuvo papel destacado en la Guerra del Pacífico sino que busca una vinculación histórica del Ejército con la experiencia de lucha en la Guerra de Arauco y el surgimiento de la nación chilena
“ El Ejército es anterior incluso en a la nación, por su formación en la Guerra de Arauco, es el depositario de las virtudes cívicas de la nación y siempre ha jugado en la historia un rol integrador y protagónico: por ejemplo, su participación ha sido decisiva en todas las constituciones que ha tenido Chile. Pero además esta versión instituye a las fuerzas armadas en los cauteladores o garantes de la democracia y la de la institucionalidad. En esta versión, las fuerzas armadas pasan a ser la expresión más genuina de los valores de la chilenidad” 2
La identidad durante este período es producto de una imposición brutal, donde el temor inmovilizante a la cual somete el régimen no permite un sano reconocimiento consigo mismo ni con el entorno, el impacto sico-social de la represión dictatorial genera inseguridad en la sociedad y sensación de vulnerabilidad que evidentemente distorsiona las formas de vernos y la percepción que el otro tiene de nosotros de esta formas las prácticas escolares se vieron profundamente condicionadas por instituciones militares y sus formas identitarias que influían directamente sobre aspectos metodológicos y de contenido generando en la comunidad escolar sentimientos de rechazo a ese tipo de prácticas.
Una segunda etapa se inicia con la promulgación de las Directivas Presidenciales sobre la Educación Nacional de 1979 que son el sustrato de lo que vendrá con las “Siete Modernizaciones". En términos generales este documento planteaba:
Tuición sobre el contenido de la enseñanza en manos del Gobierno Militar, proscripción de la politización se “busca crear nuevos ciudadanos y buenos patriotas”
Restricción de la responsabilidad social del Gobierno Militar al acceso de la educación básica, la educación media y superior será considerada como una excepción y de privilegio y deberá pagar en tanto tal
Se refuerza la idea de desligarse de la preocupación como Estado en la educación y desplazarla al área privada, se refuerza además la subordinación de la educación al mercado.
Las políticas impulsados por el Régimen Militar ciertamente obedecieron a los requerimientos de la economía mundial el “Plan de Modernizaciones” nos posicionó en la Región Latinoamericana como un “país exitoso” irónicamente llamados “tigre de Latinoamérica” como otrora “los ingleses de Latinoamérica” visiones que evidentemente afectan nuestra identidad como pueblo. Pero el modelo neoliberal impuesto presupone la mundialización de la economía es decir la Globalización proceso donde el mercado es el elemento central que regula nuestras sociedades, donde los estados ven seriamente amenazadas sus identidades nacionales, la interconectividad no solo afecta las economías nacionales, también se globaliza la cultura por lo tanto afecta la construcción de identidad en la medida que conecta al sujeto con una gran variedad de otros muy distintos, ajenos a su raigambre histórico y con poca proyección de futuro, lo que le produce dificultad para reafirmar tanto su identidad personal como cultural, a este respecto Jorge Larraín plantea :
“ La Globalización afecta la identidad en primer lugar porque pone a individuos, grupos y naciones en contacto con una serie de otros” en relación a los cuales pueden definirse a si mismos”... en segundo lugar la Globalización ha afectado la construcción de identidades en la medida que ha acelerado el ritmo de cambio en toda clase de relaciones y eso ha hecho más difícil para el sujeto hacer sentido de lo que pasa, ver la continuidad entre pasado y presente y por lo tanto formarse una visión unitaria de si mismo y saber como actuar... en tercer lugar la Globalización afecta la identidad porque las grandes transformaciones sociales traídas por ella tienden a desarraigar identidades culturales ... ocurren procesos de desarticulación y dislocación por medio de las cuales mucha gente cesa de verse a sí mismo en términos de contextos colectivos tradicionales que le daban sentido a su identidad” 3
Sin embargo se hace necesario aclarar que Jorge Larraín plantea que las identidades se desarrollan dentro de un contexto histórico y estos son dinámicos y los individuos tiene un rol significativo en su generación lo que hace imposible que se avance hacia una homogeneización de la cultura.
El período de Transición Democrática
Las transformaciones educacionales en el período de transición democrática se inscriben dentro del establecimiento pleno del Estado Subsidiario, ya el régimen de la dictadura Militar había llevado a cabo las profundas transformaciones en los distintas área de interés para la economía neoliberal así, se traspasó al sector privado un importante porcentaje de empresas estatales y el estado abandonó sus antiguas atribuciones. En el sector de la educación la ley de Municipalización de 1980 había dado luz verde a la privatización de la educación. El período de Transición a la Democracia se inicia tras el consenso de parte de las elites políticas de aceptación del marco jurídico y económico establecido por Augusto Pinochet. Después los gobiernos de la Concertación empezaron a preocuparse de agendar las transformaciones posibles dentro del Estado neoliberal, fue así como desde temprano empezaron a preocuparse de la Reforma a la educación, esta reforma tiene cinco grandes tareas las que se resumen en la siguiente cita
“ ...i) proporcionar una formación general de calidad para todos ii) reformar y diversificar la educación media iii) fortalecer la profesión docente iv) otorgar mayor autonomía y flexibilidad de gestión y más información pública sobre sus resultados para tener escuelas efectivas y v) aumentar la inversión educacional, tanto pública como privada” 4
Al comparar los objetivos planteados entre ambos regímenes sin lugar a dudas éstos difieren, pero no obstante la intención de reformular el sistema educacional éste se muestra en crisis al igual que otros sectores privatizados, la camisa de fuerza impuesta por el modelo neoliberal y la adscripción sumisa de las autoridades al modelo no permiten mejorar la calidad de la educación ni organizar un sistema de equidad, en este sentido es importante traer a colación lo planteado por Jorge Nef :
“La transición chilena no fue en muchos de sus aspectos otra cosa que la mantención de un mismo régimen, bajo un modelo de gestión formalmente pluralista, pero en el cual agenda y actores importantes fueron excluidos...Hasta ahora se han implementado mejoras incrementales y parciales en los sectores básico y primario: desarrollos curriculares, capacitación o cuando ha habido recursos, se ha asignado mayor financiamiento. Pero estas reformas no han cuestionado la naturaleza estructural del sistema, que es donde está la raíz misma de la crisis” 5
En estas circunstancias el tema de la identidad también está cruzada por dicha crisis más aún cuando el proceso de Globalización se acrecienta y amenaza nuestra independencia como Estado perviven en el imaginario de nuestra sociedad elementos como el clientelismo que se observa cotidianamente en los mecanismo viciados de generación de autoridades o de ocupación de cargos o de funcionamiento de entidades públicas y privadas que han aflorado a la luz pública con graves repercusiones en la sociedad civil, por otra parte nuestra sociedad sigue siendo manipulada por las elites conservadoras tanto del área política como desde la iglesia católica que enfrenta a la sociedad a falsas decisiones o genera debates prejuciados sobre distintos temas como el divorcio, el SIDA la “Pastilla del Día Después” o bien el tema de los Derechos Humanos, el rol de las Fuerzas Armadas etc, todos estos elementos encuentran su contrapunto en una sociedad civil débil, sin proyectos alternativos, con organizaciones no representativas, que muestran gran desgaste en sus formas de lucha y con plataformas mediatizadas por los intereses de la Concertación .En esta línea se inscribe sin lugar a dudas el Colegio de Profesores que también se ve involucrado en problemas de corrupción y que simplemente ha optado por mantener sus buenas relaciones con los gobiernos de la Concertación antes que potenciar y perfilar a los profesores como una fuerza social independiente.
La Reforma Educacional impulsada por la Concertación coherente con el modelo de libre mercado, establece contenidos mínimos a partir del año 1997 se empieza a facultar a los distintos establecimientos escolares libertad para que cada uno elabore sus propios programas de estudio ciertamente considerando los programas mínimos emanados del ministerio al respecto Iván Núñez nos dice:
“En 1996 fue aprobada el marco curricular común y obligatorio para toda la educación básica el que ha entrado en vigencia en 1997. este marco está complementado con la “autonomía curricular”, que permite a cada centro escolar a elaborar sus propios programas de estudio, abriendo así la oportunidad para una enseñanza más significativa para el estudiante y con una mayor relevancia y pertinencia social cultural. Por otra se procura resguardar la identidad nacional, a través de la referida base curricular común.” 6
De esta cita queda evidenciada la situación inequidad y falta de igualdad en la educación problema que se hace más crítico cuando se aplican las evaluaciones estandarizadas que ciertamente no hacen más que confirmar las profundas diferencias que cruza la sociedad chilena expresadas en la educación. El tema de la identidad también queda sujeta a esta “autonomía curricular” el gobierno resguarda una base mínima y será cada establecimiento de acuerdo al tipo de hombre que quiera desarrollar, la identidad que promoverá es claro que por lo menos aunque a los ojos de algunos intelectuales las identidades culturales desde la perspectiva de clase están quedando un poco atrás aquí se ven reforzadas. Aunque resulte irónico no es lo mismo educar a un alumno para que cope las esferas del poder a otro que no le espera más que seguir pateando piedras.
Bibliografía
Jorge Larraín. Identidad Chilena. Editorial Lom
Iván Núñez. Reforma Educacional en Chile: enfoques y actores Artículo publicado en sitioWEB
Jorge Nef. El concepto de Estado Subsidiario y la Educación como Bien de Mercado. Texto preparado para Diálogo Universitario. U. de Chile
Ministerio de Educación. Programas de Estudio
Susana Capriles. Tesis de Grado de Licenciatura
Notas
1 Jorge Nef “ El concepto de Estado Subsidiario y la educación como bien de mercado”pág.1
2 Larraín Jorge “ Identidad chilena” pag.126
3 Larraín Jorge Identidad chilena
4 Iván Núñez “Reforma Educacional en Chile, enfoques y actores” pag.2
5 Jorge Nef, op cit.
6 Ivan Núñez, Op citada
1 Comments:
Hola que tal. Tambien soy estudiante de historia, y estoy investigando sobre el tema de la privatización de la eduacion en Chile, desde la dictadura hasta nuestros días. Te agradecería si pudieras recomnedarme bibliografia con respecto al tema. Mi mail es linditacm@hotmail.com
un abrazo, se agradece
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