Tuesday, May 16, 2006

Tolerancia y Discriminación

La Tolerancia es entendida como virtud, la cual consiste esencialmente en el respeto de todas las diferencias formadas por las distintas identidades de las personas y grupos que componen una sociedad o una comunidad. Es la supremacía del valor de las personas, de su dignidad, sus características específicas, por lo tanto, implica consideración a sus opiniones, creencias o prácticas aunque no se compartan, consideración que no debe suponer aceptar la violación de los derechos fundamentales de la persona. Se pueden distinguir dos clases de tolerancia, por una parte, la tolerancia hacia las creencias y opiniones diferentes, que implica una reflexión sobre la verdad, y por otra, la tolerancia asociada al respeto por las personas que son distintas por razones físicas, sociales o sexuales, que implica una reflexión sobre el tema de los prejuicios, y eventualmente, de la discriminación.
La Discriminación es entendida como toda forma de menosprecio, distinción o exclusión, restricción o preferencia hecha -con o sin distinción- por persona, grupo o institución, basada en la raza, color, sexo, religión, descendencia, origen étnico, edad, orientación sexual, o cualquier característica análoga que anule o menoscabe el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad de los derechos humanos y las libertades fundamentales tanto en las esferas políticas, sociales, económicas, culturales, como en cualquier otra.
Una de las características principales que vemos a partir de estos conceptos es la formación de estereotipos sociales. Un estereotipo es una generalización de características de un grupo que usualmente tiene un componente etnocéntrico. Las descripciones de grupos sociales se basan en una serie de generalizaciones infundadas que se hace a partir de un caso o cosas oídas y usos peyorativos que dan paso a prejuicios. Así, aparece el roto, el cuico, el flaite, etc. Para complementar estas definiciones, se han rescatado algunos textos:

Texto 1. Ponencia del Rector de la Universidad Austral de Chile. Sr. Manfred Max-Neef. Valdivia, 18 de diciembre de 1998.

“Como chileno y poniéndome la mano en el corazón, si me preguntan o me pregunto a mí mismo si en general en mi país somos discriminadores, yo tengo que decir que sí. Claro, muchas veces uno oye la frase cliché: no, en Chile no hay discriminación racial. Bueno, claro, no la hay, porque, obviamente, en Chile no hay negros. Resulta difícil que pueda haber tal discriminación, pero yo pregunto, honestamente, ¿seríamos no-discriminadores si el 30 o 40% de la población chilena fuese negra?
Creo que es necesario revisar muchas cosas. Chile es un país de una cultura insular. Chile ha sido siempre una isla, si no técnicamente hablando, lo ha sido desde la época de la conquista, cercado por un gigantesco océano, por un desierto ­de los más desérticos del mundo­, por las zonas australes y de hielos y la más gigantesca cordillera del mundo. Eso generó una cultura insular y una cultura insular, naturalmente, tiene actitudes distintas de aquellas de las culturas más abiertas, más heterogéneas. Suelen tener fama de ser muy cordiales, muy hospitalarias, pero normalmente hospitalarias con quienes se identifican como iguales, como pares. En la cultura insular hay, también e inevitablemente, una especie de temor, de miedo social a lo desconocido. Probablemente, por no tener una cantidad adecuada de contacto con lo desconocido y eso puede ser una cosa que impulsa a tener cuidado con lo extranjero, con lo que no es como yo.
Por otra parte, también suele ocurrir la discriminación hacia lo propio, hacia lo interno, en este caso hacia lo indígena. Es lo que suele ocurrir también en las naciones dominadas por conquistadores, como producto de largas luchas y de largas guerras. De algún modo, es la imagen del enemigo, de la persona con cuyo enfrentamiento se sufrió y se hizo sufrir. Y eso, naturalmente, va generando ciertas semillas que tienen una extraña transformación en el tiempo. Las luchas, cuando pasa el tiempo, suelen ser generadoras de imágenes heroicas. Por ejemplo, nosotros, como chilenos, cuando hablamos del araucano o del mapuche del pasado, nos sentimos tremendamente orgullosos porque fue una etnia que luchó durante 355 años, extraordinariamente valiente, extraordinariamente arrojada, extraordinariamente digna.
Esa es la conversación de sobremesa, pero el mapuche de hoy, el que está vivo ahora, no tiene absolutamente nada que ver con esa imagen heroica. De tal manera que se produce esta extraña contradicción en el fenómeno discriminatorio: la misma cosa viva, socialmente viva, en este caso una misma etnia es ambas cosas simultáneamente, es objeto de ejemplo, de adoración, de ensalzamiento y, simultáneamente, de discriminación, de marginación e incluso de desprecio. Se trata de un fenómeno que hace evidente una contradicción sociológica y sicológica muy extraña. Es lo mismo que ocurre en Estados Unidos y es lo mismo que ocurre en prácticamente todos nuestros países indigenistas, tal vez con la aparente excepción de México. Y digo aparente porque, aunque México es oficialmente un país indigenista, curiosamente ocurren fenómenos tales como que muchas mujeres mexicanas no se depilan las piernas para dejar constancia que no son indias sino que son de origen español, porque las indias no tienen pelos en las piernas, pero las españolas sí. Repito que esto suena como una caricatura terrible, pero son cosas de verdad y denotan comportamientos humanos curiosos. Ahí tenemos el caso de un país que se declara oficialmente indigenista, que ensalza todo lo indígena y desprecia todo lo español, lo conquistador. Pero, en la vida social íntima, la cosa se da vuelta y vivimos en ese extraño mundo de contradicciones donde, en última instancia, uno dice: Bueno, ¿qué somos realmente?”.

Texto 2. ESTUDIO DE LA UNICEF REVELA ALTOS NIVELES DE PREJUICIOS EN ADOLESCENTES CHILENOS. Futuros discriminadores
Casi la mitad de los niños y niñas sienten que la nacionalidad chilena es superior a otras del continente. También juran que Chile es más desarrollado porque no hay indígenas. Estudio de la Unicef reveló que los niños y adolescentes criollos son poco tolerantes y discriminadores, un fenómeno que los expertos esperan subsanar con políticas de integración y el desarrollo de la tolerancia.
Los niños chilenos discriminan. Bien lo sabe la niña ecuatoriana que decidió dejar su casa hace un par de semanas para volver a su país porque sus compañeros de colegio la molestaban por su color y su pelo. Así lo reveló el informe cuantitativo “Los prejuicios de los niños, niñas y adolescentes” realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) dado a conocer ayer.
Casi la mitad de los niños y niñas piensan que la nacionalidad chilena es mejor que otras, que los indígenas no aportan al desarrollo del país y que las mujeres son más débiles
Sin embargo, la mirada autosuficiente decae en los adolescentes, que son menos prejuiciosos que los niños por cuanto tienen una mayor autonomía y más acceso a información, según el representante de Unicef en Chile, Egidio Crotti.
A su juicio, una política de integración y desarrollo de la tolerancia y el respeto genera cambios en los niños y es importante interiorizar esta premisa, sobre todo pensando en una sociedad democrática y diversa. También se apreciaron diferencias de género: las niñas son más tolerantes y menos prejuiciosas que los niños.
Sentimiento de superioridad
De todos los resultados, el que más impactó al ministro de Educación, Sergio Bitar, presente al momento de darse a conocer el estudio, fue el que tiene que ver con la discriminación hacia las etnias y el sentimiento de superioridad que tienen los niños y niñas chilenos.
Ante la pregunta: “¿Consideras algunas de las siguientes nacionalidades inferiores a la chilena?”, un 46% de los niños y niñas cree que hay una o más nacionalidades que son inferiores a la chilena, mientras que un 54% considera que no hay ninguna inferior.
Bitar llamó a los padres a no discriminar y a poner mucho cuidado en las expresiones que utilizan para referirse a otro distinto, “eso ayudaría a aceptar la diversidad como un valor”, sostuvo.
El estudio utilizó un grupo control conformado por 80 niños que asisten a colegios con integración (que aceptan discapacitados, indígenas entre otros). En sus respuestas se evidenciaba un mayor grado de tolerancia respecto a otros niños. Para la sicóloga y consultora de la Unicef Soledad Larraín esto evidencia que una política de integración sirve para superar la discriminación.
Egidio Crotti insistió en que “la escuela es un mecanismo muy potente para el cambio social y para una sociedad más justa”.
El ministro Bitar también destacó la experiencia de las escuelas con integración. “Continuaremos con una política de pluralidad e integración en nuestras escuelas para combatir los prejuicios”, dijo el secretario de Estado. Entre las acciones destacó la normativa que permite la integración de al menos 15% de niños de distinto nivel socioeconómico en escuelas subvencionadas, la integración de niños con discapacidad, el respeto a los estudiantes que vienen de otros países y el respeto a los estudiantes de una orientación sexual diferente. La nación, 24 de noviembre de 2004.

Texto 3. Neonazis transforman en "maldición" ser negro, árabe o caucásico en San Petersburgo

A pesar de que Rusia está conformada por más de 200 etnias, grupos de seguidores del nacionalsocialismo ignoran su realidad y aseguran que el país debe ser "para los rusos".
Ser negro, árabe o caucásico se ha convertido en una "maldición" en la antigua capital de los zares rusos, San Petersburgo, a raíz de la acción de grupos violentistas que adscriben al pensamiento nacista.
"Al principio, nos golpeaban, después empezaron a apuñalarnos y ahora utilizan rifles de precisión", aseguró Ali Nassor, portavoz de la Unidad Africana, organización que agrupa a los 5.000 africanos residentes en San Petersburgo.
En los últimos seis meses, los cabezas rapadas o skinheads de corte fascista han matado a seis extranjeros en la segunda ciudad en importancia en la Federación Rusa.
Cuatro de las víctimas eran estudiantes africanos, mientras el número de asaltos con armas blancas y de fuego se ha multiplicado en las últimas semanas.
Un estudiante senegalés, de 28 años, fue asesinado el pasado 7 de abril cuando salía con un grupo de amigos de un club nocturno por un neonazi, quien utilizó un rifle de precisión con una esvástica grabada en la culata, y como acostumbran estos grupos, desde la cobardía y oscuridad.
"Conocemos los nombres de los empresarios que los financian y los empresarios que les protegen, pero las autoridades locales se niegan a reconocer la gravedad del problema", agregó Nassor, originario de Tanzania.
La indignación de la comunidad extranjera de San Petersburgo por la inacción de las autoridades alcanzó su máximo cuando un tribunal condenó el 22 de marzo pasado por incivilidad a los ocho neonazis que participaron en 2004 en el asesinato de una niña tayika de nueve años, que recibió una decena de puñaladas.
Tres días después, otra niña de nueve años, de padre africano, fue apuñalada en el rostro y en el cuello en pleno día en un parque infantil.
A causa de ello, los estudiantes negros, chinos y centroasiáticos se desplazan ahora siempre en grupo, evitan hacerse ver en público con compañeros rusos y tienen prohibido trasnochar en el centro de la ciudad, que se ha ganado el sobrenombre de "capital de los neonazis".
"Los neonazis no tienen miedo a nada, ya que la policía piensa igual que ellos. Es la caza del extranjero", señaló Alexandr Shurshebov, presidente de las juventudes del partido liberal Yábloko.
"Rusia para los rusos", es la consigna de las decenas de sitios web neonazis que circulan por internet, sin que la justicia considere que "incitan al odio racial".
En esas páginas cualquier persona puede consultar "El Manual del terror callejero", una guía para todo aquel que quiera expresar violentamente su odio contra los extranjeros en las calles, algo que difícilmente podrían haber realizado bajo el régimen comunista.
Así, la misma globalización que combaten los grupos de neonazis es la que les permite soñar con emular al Tercer Reich, que intentó conquistarlos en la Segunda Guerra Mundial.
El Partido de la Libertad, que agrupa a nacionalistas y cabezas rapadas, proclama que la "limpieza de la ciudad continuará" durante los próximos meses hasta expulsar a los "culos negros", como se conoce a los rusos procedentes del Cáucaso (chechenes, daguestaníes, etc).
Tras tener conocimiento de los ataques, el presidente ruso, Vladímir Putin, originario de San Petersburgo, censuró a aquellos que "recogen los estandartes caídos del nazismo" en su discurso ante los veteranos de la Segunda Guerra Mundial en la Plaza Roja.
San Petersburgo, conocida como la "Venecia del Norte", acogerá a mediados de julio próximo la cumbre del Grupo de los Ocho (G8) formado por los siete países más industrializados y Rusia, con lo que la imagen de ésta última está en juego.
El escritor ruso Alexandr Solzhenitsin, conocido como la "Conciencia de Rusia", exhortó a finales de abril al Kremlin a cortar de raíz la corriente de xenofobia que azota este país multinacional, conformado por cerca de 200 etnias. Agencia EFE, 14 de mayo de 2006.

Texto 4. Neonazis y Fuerzas Armadas y de Orden. Relaciones peligrosas.
La investigación por el asesinato de un joven punk descubrió oscuros vínculos entre los grupos de neonazis y miembros de las instituciones militares. Cuatro uniformados ya han sido dados de baja.
Disciplina intachable, rígidas estructuras, armas como herramientas y la búsqueda enfermiza e incesante del poder son características cotidianas al interior de grupos neonazis, cuyas acciones ya han cobrado varias vidas humanas.
Las razones: acabar con “lacras sociales”; es decir, homosexuales, inmigrantes, punks, etc. Un objetivo con olor a la Alemania hitleriana, tan añejo como absurdo en un país cuya población es de origen mestizo.
El 2003, en Quillota, el joven punk Angello Ramírez (19) fue asesinado a martillazos por “cabezas rapadas”. A pesar de la generalizada condena y de que los agresores debieron afrontar la justicia, los cobardes ataques no se detuvieron. El 16 de abril pasado, Tomás Vilches (18), skinhead antinazi, fue apuñalado en los estacionamientos del popular Persa Biobío.
Esa misma noche, la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones logró dar con uno de los autores materiales del hecho: Héctor Herrera Soto, quien fue formalizado por homicidio simple y permanece confeso en prisión peventiva.
A raíz de la investigación de ese crimen, en sólo dos allanamientos efectuados en Puente Alto y La Granja se descubrieron decenas de armas blancas y de fuego, instructivos de prácticas militares, literatura nazi y un centro de entrenamiento de cadetes “skin”. Y lo que es más grave: se encontraron uniformes del Ejército y fotografías donde posaban miembros activos y reservistas de la institución castrense, de Carabineros y la FACH.
Según el sociólogo Humberto Lagos, no debe sorprender que militares estén ligados a estos grupos, porque –guardando las proporciones– hay “coincidencias ideológicas y prácticas afines”, y agrega que “las FFAA y los neonazis defienden el machismo, la idea del líder, la sensación del poder. Responden a una estructura rígida, disciplina reglada, en sus filas no hay homosexuales y el hombre es el centro de la fuerza. Principios que los neonazis intentan imitar y aprender”, afirma.
Sin duda, una relación peligrosa considerando que al menos cuatro uniformados activos fueron dados de baja por estar vinculados al adiestramiento militar de la banda que asesinó a Vilches.

POR IMITACIÓN. Según los entendidos, además de su disciplina y organización, los neonazis admiran de las Fuerzas Armadas su lenguaje, el uso de símbolos patrios como banderas, escudos, uniformes, la posibilidad de manipular armas y el poder que esto conlleva, la proyección de autoridad, el sentido del honor y la lealtad, la idea de estar preparado para el combate y las técnicas de ataque. Todo lo anterior, aspectos de la vida cotidiana de un militar que un neonazi desea aprender y que a muchos uniformados les motiva a enseñar.
Por ello, quizás, la vinculación de neonazis con militares no sólo se encontró en el grupo de Santiago, liderado por César Esparza y Esteban González, alias el “Tito Van Damme”, ambos hoy prófugos de la justicia, sino que también en los grupos detectados en Quillota y Valparaíso.
En el caso de la banda de la capital, el Ejército, la FACH y Carabineros fueron oficiados por la Fiscalía Metropolitana Centro Norte para que remitieran a la fiscal Paola Trisotti –quien lleva la investigación– todos los antecedentes acerca de los funcionarios que aparecían en las fotografías incautadas.
Las tres ramas remitieron los datos y anunciaron la baja de los involucrados. Así, el Ejército sacó de sus filas al cabo segundo reserva Juan Manuel Acevedo Moya y al soldado dragoneante Cristián Bello Paz, alumno de la Escuela de Suboficiales. La policía uniformada hizo lo mismo con el cabo Francisco Cayuqueo, del retén de Pirque, y el carabinero David Guerrero, del retén Las Vizcachas, quien mantenía en su casillero una escopeta hechiza, un corvo de Famae, cadenas, municiones y manuales nazis. La FACH informó que el sujeto vinculado a sus filas era un reservista que ya no pertenece a la institución.

ASOCIACIÓN ILÍCITA. Ahora, el clamor nacional es que el homicidio de Vilches se investigue en la perspectiva de una asociación ilícita, pues así se podría llegar a desbaratar la estructura de la organización y no sólo perseguir a los cuatro sujetos que cometieron el crimen.
Perseguir a estos grupos como células acordadas para delinquir implican sin duda una labor más compleja, pero podría traer mejores resultados, “ya que no se puede hacer vista gorda de que los ataques neonazis existen, que han cobrado vidas, basados principalmente en su organización militarizada”, afirma Lagos. Carla Gallegos. La nación Domingo. 14 de mayo de 2006

Documentos incautados en los últimos allanamientos. Nómina de acta de algunos principios neonazis.
1. Crear chapas o seudónimos para el grupo por razones de seguridad.
Éstas no se pueden cambiar a no ser por algo muy importante.
2. Preparación física propia o en grupo, trabajo de resistencia o fuerza.
3. Lectura sobre el nacional socialismo (NS) e historia skinhead.
4. Preparación de nuevos reclutas, siempre y cuando sean de confianza.
5. No realizar saludos NS en la calle, a no ser que un camarada más antiguo los salude.
6. Traer consigo siempre un desatornillador o alguna herramienta para seguridad.
7. No cambiar de amistades muy bruscamente.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home