EL NACIONALISMO

"Apoyados en el movimiento liberador que se extiende por Europa tras las jornadas de julio, los católicos y los liberales belgas se levantaron contra la dominación de los holandeses, protestantes y conservadores. Sostenidos por Francia e Inglaterra, obtuvieron la independencia en el año 1830. Los movimientos de liberación nacional de Polonia, Italia y Alemania fracasan por el momento.El movimiento general en favor de la revolución en Europa en 1830 estalló. Un producto de esta explosión merece especial atención: los movimientos nacionalistas.Los movimientos que simbolizan mejor estas actividades fueron los llamados jóvenes, fundados o inspirados por pensadores como Mazzini inmediatamente después de la revolución : la "joven Italia", la "joven Polonia", la "joven Suiza", la "joven Alemania" y la "joven Francia" señalan la desintegración del movimiento revolucionario europeo en segmentos nacionales. Sin duda, cada uno de estos segmentos nacionales tenía los mismos programas políticos, estrategia y práctica que los otros en-incluso-la misma bandera, casi invariablemente tricolor. Sus miembros no veían contradicción entre sus propias peticiones y las de otras naciones y, en realidad, aspiraban a la hermandad de todas, simultánea con la propia liberación. Por otra parte, todos tendían a justificar su primordial interés por su nación adoptando el papel de un mesías para todas. A través de Italia, según Mazzini, y de Polonia, según Myckiewicz, los dolientes pueblos del mundo alcanzarían la libertad,una actitud perfectamente adaptable a las políticas conservadoras, como lo atestiguan por ejemplo los rusos, con su pretensión de hacer de la Santa Rusia una tercera Roma y los alemanes, que llegaban a decir que el mundo pronto estaría guiado por el espíritu germánico....esta antigüedad del nacionalismo procedía de la revolución en francia, por aquellos días una gran nación revolucionaria y la fuerza motriz indispensable para la liberación del mundo. Mirar hacia París era razonable; mirar hacia una palabra "Italia", "Polonia" o "Alemania" (representadas en la práctica por un puñado de emigrados) sólo tenía sentido para los italianos, los polacos y los alemanes". Eric Hobsbawm, Las revoluciones burguesas.